Tema Libre Parte 1 La Educacion Formal e Informal
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EDUCACION FORMAL, NO FORMAL E INFORMAL
TEMAS PARA CONCURSO DE MAESTROS. EDITORIAL AULA.1996.
LIC. EMILIO MARENALES
SUMARIO
1. Evolución en la conceptualización de las modalidades educativas.
2. Las tres modalidades de la educación.
3. La educación formal.
4. La educación no formal.
5. La educación informal.
6. La educación no formal como alternativa.
7. Consideraciones finales
8. Bibliografía consultada.
1. EVOLUCIÓN DE LA CONCEPTUALIZACIÓN DE LAS MODALIDADES EDUCATIVAS.
Hacia fines de los años sesenta empezó a ser frecuente en la literatura pedagógica el uso de las expresiones “educación informal” y “educación no formal”. En principio se usó ambas, e indistintamente, para denominar la educación generada fuera de la escuela; esto es, el sector del universo educativo restante del estrictamente escolar. Sin embargo, la gran extensión y la heterogeneidad interna en tal sector fuerzan enseguida a establecer distinciones también en él (Trilla Bernet).
De acuerdo con Selva Artigas, esta innovación surge del proceso de crítica creciente que se realizó desde entonces a la educación institucionalizada y que en algunos casos propone la desescolarización (Illich y Reimer). Esta crítica, en primera instancia, llevó a reconocer que la educación institucionalizada es sólo una parte de lo educativo.
Si admitimos con Durkheim que “la educación es la acción que ejercen las generaciones adultas sobre las que no están maduras para la vida social. Tiene por objeto suscitar y desarrollar en el niño un cierto número de estados físicos intelectuales y morales, que exigen de él la sociedad política en su conjunto y el medio especial, al que está particularmente destinado”, tendremos que reconocer que ni toda la educación se vehiculiza mediante instituciones específicas, ni la escuela es la única de ellas.
Esta apreciación no es nueva, ya Montesquieu citaba tres formas de educación: “...recibimos tres educaciones diferentes, si no contrarias: la de nuestros padres, la de nuestros maestros y la del mundo.
Lo que nos dicen en la última da al traste con todas las ideas adquiridas anteriormente”. Hechas estas consideraciones en el presente, resulta evidente que la cantidad de información, la transmisión de valores y de actitudes comunicadas por la prensa, las revistas, el cine, la T. V., la radio, exceden largamente a la cantidad de información y probablemente al poder formativo logrado por la escuela actual y aún la familia. McLuhan dice, respecto a ese caudal de información de los medios masivos de comunicación, que ha derribado los propios muros de las aulas. Por tal motivo se ha llamado a la sociedad actual “sociedad de conocimientos”.
Según Mouriño Mosquera “la necesidad de nuevas formas de educación se advierte en los deseos de las personas para poder continuar de algún modo sus estudios y obtener conocimientos. También los medios de comunicación de masas provocan nuevos deseos, en cierta manera uniformizan valores y perspectivas de futuro. La evolución de las sociedades afecta a las familias y a las comunidades y aspectos tales como Educación para la salud, el ocio y la recreación, ya son parte de lo cotidiano”.
Para los autores de “Aprender a ser” la mayor dificultad en el enfrentamiento del desafío de la situación actual “radica en no saber cómo adaptarse a esta época enloquecida sin destruir las estructuras y valores sociales más nucleares y sólidos, parece una verdad razonable que las sociedades no pueden permanecer inmutables como tampoco soportar cambios demasiados bruscos (como de hecho está aconteciendo)”.
Frente a estas consideraciones es dable preguntarse si la educación, desde una sola de sus modalidades – la “Educación = Escuela” como dogma fundamental de los sistemas educativos modernos - , puede enfrentar satisfactoriamente los desafíos de la hora actual y desconocer la incidencia favorable o desfavorable de los otros, en la compleja red de los intercambios sociales desde el nivel local al nivel universal. Mouriño Mosquera sostiene el punto de vista de que la educación formal, por sí sola, no está dando actualmente la respuesta a problemas verdaderamente esenciales.
“Se siente en ellos (autores como Lucena – 1981, y Ortiz – 1981) la voluntad de ampliar y valorizar un campo educacional que no puede, no debe, ser ligeramente tratado, especialmente cuando la mayor parte de la población de los países dependientes es doblemente pobre: este es, pobre en su sobrevivencia y pobre en su conocimiento”.
“A partir de esta problemática se comienzan a señalar las fallas de la Educación formal, y en algunos casos, si impotencia, por esto se admite que las soluciones deben intentarse en otras formas de educación, entre ellas la informal (adquirida por las personas durante toda su vida a través de actitudes, valores, aptitudes y conocimientos; a partir de su experiencia cotidiana y de las influencias de su medio) y la no – formal (adquirida por las personas a través de la actividad educacional organizada que esté situada fuera del sistema de ecuación formal). En estas posibilidades se encontrarán caminos que ya están siendo transitados y que pueden constituirse en reales formas innovadoras de acción pedagógica (Mouriño Mosquera).
La educación se fue dando como un proceso naturalmente integrado al conjunto de la vida social; de ahí que su primera forma responde al o que hoy la ciencia pedagógica denomina educación informal.
Más adelante, las propias características de la vida social hicieron necesaria la emergencia de la educación institucionalizada, es decir, educación formal.
“En las sociedades primitivas la educación era múltiple y continua. Se fundaba al mismo tiempo en el carácter, las aptitudes, las competencias, la conducta, las cualidades morales del sujeto, que más que recibir educación se puede decir que se educaba él mismo por simbiosis. Vida familiar o vida de clan, trabajos o juegos, ritos, ceremonias, todo constituía, en el curso de los días, una ocasión para instruirse: desde los cuidados maternales a las lecciones del padre cazador, desde la observación de las estaciones del año a la de los animales domésticos, desde los relatos de los ancianos a los sortilegios del chamán...” “Estas modalidades informales, no institucionales del aprendizaje, han prevalecido hasta nuestros días en vastas regiones del mundo, donde constituyen todavía en único modo de educación de que disponen millones de seres. En definitiva, las sociedades escolarizadas contemporáneas no se diferencian tanto de las demás como pudiera parecer a primera vista, ya que es cierto que el niño – y el adulto – recibe y toma siempre directamente, existencialmente, una gran parte de su educación de su ambiente, de su familia y de su sociedad: acervo tanto más importante en cuanto condiciona la receptividad para la enseñanza escolar, la cual a cambio proporciona al enseñando la “cuadrícula” que le permitirá ordenar y conceptualizar los conocimientos que él toma de su ambiente” (Aprender a ser).
2. LAS TRES MODALIDADES DE LA EDUCACIÓN.
Según Selva Artigas, al analizar la evolución de los conceptos sobre los tipos o formas de educación, no se trata de poner en discusión la importancia de la escuela, o de la educación escolarizada en general, sino de reconocer que constituye uno de los tres sectores del universo educativo, más allá de su relevancia y pertinencia”.
En “Democracia y Educación”, Dewey identifica la existencia de dos formas de educación: la educación incidental y la educación sistemática. La primera, como propia de las sociedades primitivas que no determinan un ambiente específicamente educativo; la última, como una necesidad social cuando la civilización se ha complejizado de tal forma que ya no puede transmitirse el cuerpo cultural en forma incidental, a través de las vivencias cotidianas del grupo. La institución creada, simplificará el conocimiento sistematizándolo; purificará y ampliará el ambiente social, resultando de ello la escuela como “un medio ambiente especial”.
“Siguiendo la línea de este pensamiento, el desarrollo acelerado de la civilización, como efecto del impulso tecnológico creciente, genera a su vez, paradojalmente, tipos no formales de transmisión que aparecen unidos al concepto y necesidad de la educación permanente”.
“Si bien esta concepción de educación permanente no es nueva, a partir de este momento de gran desarrollo cultural y sobre todo de cambio permanente, la educación escolar ya no se considerará suficiente. Se implantará con énfasis la modalidad de cursos paralelos a la enseñanza institucional, sistemática, pero también anteriores o posteriores a ella que, sin desplazarla, la complementarán, la reciclarán y en algunos casos la sustituirán.” (Educación preescolar, educación de adultos, enseñanza de idiomas, alfabetización, etc.) “Esta enseñanza, desarrollada fuera del marco de “las rigideces tradicionales de los planes de estudio, vivificando los centros docentes, enlazándolos con muchos de los intereses latentes o manifiestos del conjunto social” al decir de Miguel Soler, fue diferenciándose de lo que indistintamente se denominó al comienzo educación no formal o informal”, los nuevos campos que se definen junto a la educación tradicional, formal o sistemática, se confunden conceptualmente, ya que “no formal” e “informal” son sinónimos: ambos campos se definen por contraposición a la educación formal, institucionalizada, o simplemente escolarizada.
Al comenzar a deslindarse estos conceptos, se entiende por educación no formal “aquella enseñanza que tiene objetivos muy específicos; viabilizados en cursos cortos; predominantemente instructivos; que se desarrollan normalmente en instituciones no necesariamente educativas, exteriores a las instituciones escolares como fábricas, instituciones de salud, instituciones sociales.” (Selva Artigas) En cambio tiende a denominarse educación informal “aquella acción difusa que se realiza desde ámbitos cuyo objetivo no es específicamente didáctico y por lo menos no lo es la intencionalidad de la acción (TV, conferencias, etc.). No por ello deja de existir allí una acción de las generaciones maduras sobre las que no lo están para la vida social”; y aún sobre las que lo están, pero en un proceso de educación permanente son sensibles a dicha acción”. (Selva Artigas).
Sin embargo es claro que al tratar de marcar las fronteras de tres tipos de educación debemos hacer la precisión de que ellas son muy difusas y que la dinámica de una acción educativa la mayor parte de las veces hace que se establezca entre ellas una relación de continuidad. La acción escolar desarrollada por el maestro puede utilizar como recursos didácticos prácticas de animación social o medios masivos de comunicación propios de la educación informal, o aún la visita a una industria con información brindada por un técnico, propio de la educación no formal.
También es posible que cursos terminales, propios de la enseñanza técnica, con claras características no formales, como los cursos de Belleza o Talabartería, pertenezcan a subsistemas formales, como por ejemplo el de Enseñanza Técnico- Profesional.
Por último, en la educación propia de las sociedades primitivas, cuyo modo predominante sería el informal, se dan elementos que sugieren ya cierta formalidad, como por ejemplo los “ritos de iniciación”, y situaciones asimilables a lo no formal como la instrucción deliberada impartida a los jóvenes por ciertos integrantes del clan.
En este sentido es que algunos autores, entre ellos Thomas J. La Belle, consideran que estos tres tipos de educación no deben ser considerados como entidades o compartimentos estancos, sino como “modo predominante”. En la realidad, una situación educativa puede tener como modo predominante a uno de estos tres tipos de educación, adoptando secundariamente procedimientos propios de las dos restantes.
De todos modos, existen elementos propios de cada modalidad que permiten esta categorización y que permiten desarrollar por separado estos tres conceptos.
3. LA EDUCACIÓN FORMAL.
Veamos cómo se conceptualiza esta área a través del curso de Ciencias de la Educación de ANEPCODICEN.
A medida que las condiciones de la vida social lo fueron requiriendo, se va produciendo la transferencia de responsabilidades en materia de acción educativa en base a l principio de la división del trabajo.
Hasta principios del siglo XX la educación era dispensada principalmente por la familia, las instituciones religiosas, las escuelas subvencionadas, las escuelas de aprendizaje profesional y los establecimientos de enseñanza superior.
En la actualidad, en la mayoría de los países del mundo estas responsabilidades incumben principalmente a los poderes públicos, al Estado, y ello por tres razones principales:
· Tendencia general a contar con organismos públicos para satisfacer necesidades sociales
· Se considera al Estado – aún cuando se admita y estimule la iniciativa privada - , como quien debe asumir la responsabilidad global de la política educacional.
· Numerosos gobiernos, conscientes de la importancia de papel político de la escuela, están interesados en ejercer su control. (“Aprender a ser”)
Es decir que la institución educativa asume importantes funciones de socialización en un contexto determinado.
El proyecto cultural de una sociedad, sus valores, componentes de su visión política y económica, son mediatizadas por el sistema educativo y transformados en experiencias educativas que responden a las tendencias de los currícula.
A través de la acción mediadora de la cultura, la educación institucional cumple con dos funciones básicas:
· es reproductora: asegurándose la continuidad cultural, transmitiendo los valores y las realizaciones del pasado y del presente,
· es renovadora: en la medida en que, en el conjunto de los factores sociales, pueda concurrir a las transformaciones sociales.
La Pedagogía cuenta con importantes análisis en torno a estas funciones, así como a períodos en que la visión de la ciencia de la educación parece oscilar ya bien al optimismo de reconocer en la educación fuerzas impulsoras como motor de cambios; o bien, épocas en que se cuestiona duramente la escuela reduciéndola al inevitable papel de reproductor de condiciones sociales.
Tres cuestiones han de tenerse en cuenta – en el enfoque de Gimeno Sacristán – cuando se considera al currículo como expresión del proyecto cultural de una sociedad.
1. El hecho de que las personas ingresan cada vez más tempranamente al sistema educativo, implica que éste se haga cargo de facetas que en otro tiempo no fueran de competencia de instituciones educativas.
A su vez, la cada vez más prolongada escolarización obligatoria, “tiene la función de ofrecer un proyecto educativo global que implica el hacerse cargo de aspectos educativos cada vez más complejos y diversos” (Gimeno Sacristán)
2. Existe una tendencia a reconocer la necesidad de ampliar y diversificar los componentes que deben contener los planes, integrando la contemporaneidad de los desafíos culturales y su proyección.
Las grandes críticas a la institución educativa señalan, en este sentido, como un gran déficit el cerrarse en áreas de conocimiento académico clásico. “Una educación básica preparatoria para comprender el mundo que nos ha tocado vivir exige un currículo más complejo que el tradicional, desarrollado con otras metodologías”. (Gimeno Sacristán)
3. La educación institucionalizada recoge las tendencias que señalan la importancia de atender y orientar el desarrollo global de la persona, y no solamente alguna faceta parcial (intelectual, manual) perdiendo la perspectiva del desenvolvimiento de la persona como totalidad indisociable.
A los currículos modernos se les exige que, además de las áreas clásicas de conocimientos, importan nociones de higiene personal, de educación vial, de educación sexual, educación para el consumo, que fomente determinados hábitos sociales, que prevengan contra la droga, que se abran a los nuevos medios de comunicación, que respondan a las necesidades de una cultura juvenil con problemas de integración en el mundo adulto, que atiendan a los nuevos saberes científicos y técnicos, que acojan el conjunto de las ciencias sociales, que recuperen la dimensión estética de la cultura, que se preocupen por el deterioro del medio ambiente, etc.
En el reconocimiento de la dimensión de la educación formal podemos reconocer dos tendencias:
1) Tendencia tradicional
a) Asimila el concepto de educación = escuela.
b) Entiende la educación como un proceso orientado fundamentalmente a niños y jóvenes
c) El adulto, a través de la educación que recibió en la institución educativa en su niñez y juventud, queda habilitado para desempeñarse eficazmente en la vida.
d) Cuando las exigencias de la vida social obligan a una renovación del saber, la institución educativa elabora una serie de nuevos títulos y certificaciones dentro del ámbito institucionalizado.
2) Tendencias actuales.
Desde diferentes campos se ha ido cuestionando la validez de ese enfoque tradicional.
Citemos tres grandes campos:
a) La realidad social, con su cambio vertiginoso y no siempre previsible.
b) La Psicología, mostrando la vida humana como un ciclo de permanente desenvolvimiento desde el comienzo hasta la muerte; afirmando, en suma, la esencial incompletitud del hombre y, al desarrollo, como un proceso de construcción permanente de la persona.
c) La Pedagogía, consecuentemente con los planteos anteriores señalando la educación como un proceso permanente.
¿Cómo se integra en este enfoque la dimensión de la educación formal? Recojamos afirmaciones de sus más distinguidos estudiosos.
“Así se reafirma la noción de “educación recurrente” (la educación iterativa), que tiende, por una parte, a resolverla contradicción entre escuela institucionalizada y educación no – institucionalizada integrándolas en un sistema coherente en el que se completen y armonicen y, por otra parte, a invalidar la concepción tradicional que pretende que toda la educación se imparta durante los primeros años de vida, antes de entrar a la “vida activa”. La aplicación consecuente de la idea de educación recurrente conduce sobre todo a reconocer a todo trabajador el derecho a entrar en el ciclo educativo en el transcurso de su vida activa”. (Aprender a ser”).
“El centro de gravedad educacional de nuestra sociedad va alejándose de los establecimientos educacionales y orientándose hacia el aprendizaje informal, la educación permanente fuera de la escuela comunitaria y la autodidaxia sin estructuras formales ni maestros convencionales. Los profesionales que actúan en el campo de la educación formal deben tener en cuenta esta revolución antes que pase de largo y los deje a un lado. En realidad, el reconocimiento del cambio que se produce en los estilos de aprendizaje puede ayudar a los docentes a perfeccionar sus métodos didácticos y sus perspectivas acerca de las finalidades del aprendizaje, induciéndolos, por ejemplo, a hacer más hincapié en la curiosidad intelectual que en los conocimientos preestablecidos.
En segundo lugar, se considera que educación equivale a escolaridad. Por tanto, se prolonga la duración del período de escolaridad convencional. Nuestra sociedad está condicionada para hacer hincapié en la obtención de un número cada vez mayor de títulos y certificados – los jalones de la enseñanza formal -, con la vana esperanza de que más escolaridad implica mejor educación, cuando en realidad sólo suele significar más tiempo pasado en la escuela. Llegará el día en que todos comprendan que el objetivo de la educación es el aprendizaje y el conocimiento, no los títulos obtenidos. A medida que aumenta esta comprensión, resultará cada vez más evidente que buena parte del aprendizaje significativo se realiza ahora en el lugar de trabajo, en el hogar y en las actividades de la vida cotidiana; la idea de extender la escolaridad resta méritos a la meta del aprendizaje permanente, porque se basa en el supuesto de que la educación significativa es patrimonio exclusivo de los establecimientos educacionales”. (Hesburgh, Miller y Wharton)
“La distinción que existe actualmente entre la educación formal y la informal, la educación e la escuela y fuera de la escuela, la educación de los niños y la de los adultos, está en el camino de desaparecer. Los estudiantes formados hoy continuarán ejerciendo su profesión después del año 2000, con esta perspectiva es como debe concebirse su formación”. (“Aprender a ser”).
La educación formal tiene que dilucidar en cada contexto y situación histórica, por ejemplo, la nuestra, en qué eje consistir el núcleo básico de cultura para todos, que debe integrar los currícula, obligatorios. Resumiendo, de acuerdo a los conceptos de la profesora Artigas:
Se entiende por educación formal la que se imparte en los organismos del sistema escolar oficiales, privados habilitados o autorizados.
Estos organismos están estructurados por niveles, ciclos, grados y modalidades. Esas diferentes etapas marcan su articulación vertical, estableciéndose con mayor dificultad una articulación horizontal que permita el pasaje de una modalidad a otra de acuerdo con las aptitudes o intereses de los educandos.
La articulación vertical establece una diferenciación y especialización progresiva. (Primaria,
Secundaria, Segundo ciclo diferenciado, Profesionalización). El tránsito del educando por esta estructura se realiza mediante un sistema de créditos: grados, títulos y certificados, que acreditan logros globales y progresivos que constituyen el requisito de acceso para el nivel siguiente.
Posee establecimientos propios y específicos, administrados por sus autoridades de gobierno. La administración por lo tanto, está jerarquizada. Esta jerarquización tiene un marco legal específico para cada país (en el caso de Uruguay: Constitución de la República, Ley 15.739 y modificativas, Ley Orgánica de la Universidad).
Los planes de estudio tienden a ser generales, orientados hacia una enseñanza integral. Sus metas se plantean tanto el desarrollo intelectual del educando como su formación física, social y afectiva.
El personal docente es prioritariamente profesional u oficialmente reconocido como tal.La clientela está predominantemente compuesta por las generaciones jóvenes. El financiamiento es estatal, privado o mixto.
1. LA EDUCACIÓN NO FORMAL
Seguimos el desarrollo de este apartado en el Curso de Ciencias de la Educación de ANEP –
CODICEN. De acuerdo a sus autores la educación no formal es considerada hoy un subsistema”, paralelo al de la educación formal, con sus propios ámbitos y técnicas de trabajo.
En el siguiente pasaje vemos cómo la caracteriza el pedagogo argentino Ricardo Nassif:
“Este tipo de educación no es fácil de definir, quizás porque su mismo nombre presenta todas las apariencias de designar lo opuesto a toda formalización, no dando real cuenta de su sentido ni de su puesto en el conjunto de la educación en tanto sistema social. Es por ello que se han propuesto una serie de denominaciones más significativas, tales como las de “educación paralela”, “no escolar”, o “extraescolar” (esta última parece ganar terreno en nuestros países), para presentarse en otros casos como un parasistema y hasta como un sistema “peri escolar” o “no convencional” de aprendizaje.
Todos esos rótulos están, en el fondo, estableciendo una cierta “dependencia” de la conceptualización de la educación no formal respecto de la formal, pero es preciso reconocer que aquella tiene un valor en sí misma que obliga a considerarla como uno del os grandes sub. Sistemas en que actualmente se divide el sistema educativo dentro de la sociedad. La educación no formal es la manifestación de modalidades y actitudes educativas diferentes de las implicadas en la educación escolarizada, pero ha ido encontrando objetivos y elementos que le dan rasgos propios y una nueva calidad, como ocurre con la alfabetización funcional y la educación de adultos, y desarrollando metodologías bastante específicas para esos ámbitos, como las que regulan el trabajo de concientización de las comunidades y la animación socio cultural.”
De esta manera podemos considerar que “la educación no formal es la que generalmente se da fuera del marco de las instituciones educativas, especializadas para proveer aprendizajes a sub. Grupos especiales de la población, aprendizajes que se pueden ofrecer en muchas circunstancias y a través de diferentes instituciones y personas. El marco de referencia de la educación no formal es, prácticamente, toda actividad social, y no sólo escolar. (José Rivero Herrera)
2. LA EDUCACIÓN INFORMAL
Seguiremos como en los apartados anteriores el desarrollo del Curso de Ciencias de la Educación de Anep – Codicen.
La educación informal constituye la primera forma de educación, tanto en la perspectiva del desarrollo individual, como en el desarrollo histórico – social de los pueblos.
Asimismo, fue la forma imperante hasta que las complejidades de la vida social hicieron necesaria la presencia de agentes educativos especiales.
En todas las sociedades, hayan sido primitivas o extremadamente civilizadas, y hasta fecha muy reciente, la educación de la mayoría de los niños ha tenido lugar sobre todo de forma incidente y no en las escuelas destinadas a este fin. Los adultos realizan sus tareas económicas y otras tareas sociales; y a los niños no se los tenía apartados, se ocupaban de ellos y aprendían a formar parte del grupo; no se les impartía una “enseñanza” en el sentido convencional del término. En muchas instituciones para adultos siempre se ha admitido que la educación “incidente” era un elemento esencial de su funcionamiento, por ejemplo en las familias y en los grupos compuestos por niños de la misma edad, en los trabajos comunitarios, en las relaciones entre el maestro y el alumno, en las diferentes clases de juegos, en la prostitución y en otras formas de iniciación sexual, así como en los ritos religiosos. En la paideia griega, el conjunto de la red de instituciones, la polis se consideraba que tenía una función educadora. Ya lo dijo John Dewey de forma admirable, “La esencia de toda filosofía es la filosofía de la educación, que consiste en estudiar cómo constituir un mundo”. (Goodman, Paul)
En algunos casos la educación formal y la informal chocan. Por ejemplo, podemos preguntarnos cómo incide la familia en los resultados del aprendizaje en el sistema educativo. A esta pregunta contestan los resultados de las investigaciones de la CEPAL “¿Qué aprenden y quiénes aprenden en las escuelas del Uruguay?” y “La enseñanza primaria y el ciclo básico de la educación media en el Uruguay”, ambos dirigidos por el sociólogo y actual presidente del Codicen, Germán Rama.
Los fragmentos seleccionados versan sobre el papel de la familia y la madre como agente socializador.
El rol materno.
Normalmente, las madres no sólo tienen a los hijos sino que están a cargo de ellos desde el nacimiento hasta la edad escolar y, sin desmedro de un creciente papel de los padres en el proceso de crianza en la cultura uruguaya, la responsabilidad de esa tarea sigue siendo fundamentalmente de la madre, o distribuido entre la familia, ante las ausencias de padre y madres, por razones de trabajo.
La madre es el agente socializados fundamental. Desde el comienzo de la vida se comunica con el bebé, comienza a transmitir – vía lenguaje – su nivel cultural y, con los actos cotidianos ilustra sobre normas y valores que serán los referentes de la conducta del niño.
No sólo está presente en el hogar en un porcentaje considerable de los casos sino que es la persona consultada por el niño en situación de dudas o dificultades en la escuela.
Los niños en un 60% acuden a ella, y al padre en apenas un 12%, frecuencia ligeramente inferior a las consultas con hermanos de cualquier edad y casi igual que la búsqueda de apoyo en otros familiares y otros no parientes.” (CEPAL “Que aprenden...”)
El lenguaje de la familia y el aprendizaje formal.
“El lenguaje – componente fundamental del capital cultural – está desigualmente distribuido en las familias. La mayor complejidad, el mayor número de conceptos y de palabras, el grado de abstracción de los enunciados, etc., son patrimonio de los grupos familiares de mayor cultura mientras que el lenguaje de los grupos familiares de menor educación formal se caracteriza por su simplicidad y su “pobreza” en las dimensiones antedichas. Más aún, toda estructura de poder social tiende a descalificar las formas de lenguaje popular, a considerarlas como sub-lenguajes (“patois” o “cocoliche”) con independencia de su potencialidad de desarrollo o de la sabiduría que contengan. Lo que cuenta es que existe un lenguaje en permanente reelaboración que se corresponde con el saber erudito y científico, por lo que es el lenguaje socialmente dominante.
En la medida en que los sistemas educativos se encuentran próximos de la frontera del conocimiento y de la cultura, el proceso de socialización institucional constituye una forma eficaz de transmisión de los códigos de pensamiento de mayor validez social y de aproximación a dichos códigos de los niños provenientes de niveles culturales muy heterogéneos.
La educación institucionalizada no puede, en ningún caso, neutralizar la estratificación social y cultural de una sociedad, pero logra introducir elementos re. equilibrantes en la medida en que se integra en un conjunto de políticas sociales de familia, de atención materno – infantil, de alimentación y salud para la infancia y que tiene tiempo – días y horas de “clases”-, condiciones materiales y recursos humanos para llevar a cabo esa tarea.” (CEPAL “¿Qué aprenden...”)
Los recursos culturales y el aprendizaje formal.
“El dominio del lenguaje escolar se vincula en forma directa con el capital lingüístico y cultural de la madre, mientras que la medida de ingreso es un indicador de los recursos materiales y una aproximación al fenómeno de la transformación de recursos y usos culturales de la familia. De los capitales disponibles por ésta el de mayor rentabilidad educativa es el capital cultural cuya magnitud se mide, en forma aproximada, por la instrucción de la madre.
Pero la tenencia de un considerable capital cultural está correlacionada, en la mayoría de los casos en la sociedad uruguaya, con la tenencia de los más altos ingresos. Cuando esta correlación existe se produce una potenciación de la rentabilidad del capital cultural, al tener disponibles los recursos materiales con los que consolidarlo y desarrollarlo. Cuando hay una incongruencia y el capital monetario no tiene a su disposición capital cultural de la misma valía, los logros escolares se amenguan porque los recursos materiales de por sí solos no son creadores de las competencias lingüísticas y simbólicas indispensables para el desarrollo cognitivo del niño. Cuando la incongruencia es inversa al capital cultural logra obviar o reducir los efectos negativos de la ausencia parcial de recursos materiales. Piénsese, por ejemplo, en el desarrollo cognitivo de hijos de docentes con ingresos bajos pero que disponen de un excelente capital cultural y que aportan adicionalmente la especialización en el arte de transmitir conocimientos. Finalmente, cuando los recursos materiales son mínimos por la vía del hacinamiento, la carencia de protección de salud, etc., erosionan muy fuertemente la potencialidad del capital cultural medio en los pocos casos de alta instrucción e ingresos bajos, en forma débil. (CEPAL: “Ens. Primaria y ciclo básico...”)
Finalizamos el apartado con el resumen realizado por la profesora Selva Artigas.
La educación informal se desarrolla en ámbitos extraescolares como servicios educativos (aprendizaje experimental en un taller) o como oportunidades de educación (práctica libre de actividades artísticas, deportivas, relación entre iguales).
Se regula mediante normas legales generales, no referidas a educación.
El objetivo explícito no es específicamente educativo sino de promoción y estímulo. No existen planes de estudio ni de acreditación directa. (No deja por ello de existir una valoración indirecta de tales “aprendizajes”).
El personal que actúa como agente educador no es profesional; está compuesto por especialistas, animadores, etc. No opera con métodos típicamente pedagógicos, sino principalmente por acciones de animación, difusión, estímulo, promoción, etc. Los contenidos corresponden al “currículum social”.
Se orienta hacia toda la población, aunque preferentemente hacia los adultos.
La financiación es prioritariamente privada, a través de empresas comerciales, fundaciones y sociedades culturales, ONG’s, y programas estatales destinados específicamente al desarrollo y promoción de la cultura, como Sodre, divisiones culturales de las Intendencias, programas específicos como campañas de defensa del medio ambiente, prevención de incendios, de accidentes de tránsito, de enfermedades sociales, etc.
3. LA EDUCACIÓN NO FORMAL COMO ALTERNATIVA.
Transcribimos una serie de excelentes conceptos de la profesora Artigas sobre el particular, dado el empuje y desarrollo que está tomando en el mundo entero y particularmente en los países sub. Desarrollados la utilización de la educación no formal. Recordemos a vía de ejemplo que en la teoría pedagógica de P.
Freire, la posibilidad de lograr una educación “liberadora” o “concientizadora” se realiza a través de la aplicación de una metodología no formal.
Por otra parte, frente al oscuro panorama que nos pintan los teóricos de la pedagogía de la reproducción (Althusser, Bourdieu, Passeron y otros) tal vez la única vía de escape en el futuro sea esta modalidad educativa.
La Pedagogía de la “Ciencia ficción” ya está entre nosotros y debemos encontrar caminos alternativos sí queremos que sobreviva la libertad del ser humano, la tradición genuina y la cultura de la especie humana.
Dice Selva Artigas:
Sin duda los procesos educativos, de los que los maestros formamos parte, están realizándose en la dinámica de estas tres formas educativas interactuando entre sí.
Cabría realzar en este punto algunas reflexiones que contribuyan a precisar los conceptos en su contexto y consideración actual, sin pretender por ello profundizar en una problemática de alta complejidad, de las categorías analizadas, la educación formal es la que, desde la década pasada, alcanzó mayor trascendencia. El debate en torno a la potencialidad de las acciones educativas no formales adquiere relevancia cuando desde distintas perspectivas se llega a la conclusión de la necesidad de encontrar alternativas a la educación formal.
Son conocidas las críticas que se formulan a nivel internacional sobre los sistemas educativos formales en general. Siendo muy diversas, señalaremos algunas de las más destacadas:
a) La crisis de la educación formal se debe a la imposibilidad del Estado de seguir financiando sus costos; los servicios educativos son altamente onerosos y tienden a serlo cada vez más.
b) Son de muy limitada eficacia y tienden a reproducir las desigualdades sociales. En la mayoría de los países en desarrollo se produce una deserción del 50% a nivel de enseñanza primaria, menos del 20% termina secundaria y nunca más del 4% accede a nivel universitario.
c) Las metodologías de enseñanza continúan siendo verbalistas, memorísticas, no se atienden las diferencias individuales, la evaluación es selectiva de la población
d) Los programas son “centralistas”, de apreciable rigidez, sin participación del usuario en la elaboración y dentro de una relación pedagógica autoritaria.
A partir de ellas se comienza a manejar los conceptos de educación no formal y educación permanente como posibles soluciones a la crisis planteada. Se argumenta que la educación deberá responder a las nuevas exigencias de la sociedad. Realizar un nuevo tipo de formación centrada en la “optimización de recursos” y que no se puede pensar en alcanzarla sólo a través de los sistemas actuales. Es imprescindible pensar en medios flexibles, rápidos, baratos e integrados en los circuitos existentes de producción.
Señala UNESCO que esta acción en países de América Latina, posee una gran dinámica dentro de los sistemas de capacitación de las propias empresas; mientras que en los sectores tradicionales, sobre todo el agrícola, no se da de la misma manera. Aún así de plantearse allí previamente niveles de programas de alfabetización y educación elemental que le permitan al obrero agrícola manejar ciertos conceptos del mundo moderno, concluye en afirmar que los beneficiarios de estas acciones, en el caso de la industria, son en definitiva los mismos que ya recibieron los beneficios de la enseñanza formal y aún dentro de ellos se realizan con los que muestran los mejores perfiles educativos entre sus trabajadores.
Un estudio hecho en Uruguay por el sociólogo Rodolfo Lemez, corroboraría estas afirmaciones en cuantos señala la constatación “de que a medida que aumentan los niveles de escolarización formal entre la población crecen también los niveles de “escolarización” no formal. Además, a la ausencia absoluta de educación formal (los “sin instrucción”) corresponde también la ausencia absoluta de educación no formal. Si existen estudios al nivel de esta dicotomía entre los escolares no lo conocemos, pero sería una correlación interesante de establecer en cuanto a la acción de reforzadores del proceso educativo, así como de su acción discriminatoria.”
7. CONSIDERACIONES FINALES
El tema es mucho más amplio de lo expuesto y no queda agotado con el presente ensayo, especialmente si tenemos en cuenta, como lo hemos señalado en el desarrollo, la importancia creciente de los planos no formales e informales.
Para la autora que citamos en extenso, resulta evidente el crecimiento del área no formal, así como su propuesta como alternativa de solución a la crisis del sistema formal en áreas tales como la educación rural, la alfabetización, la recreación y la educación del ocio, por mencionar campos de gran significación.
Asimismo resulta una vía de escape, según nuestro punto de vista, a situaciones de reproducción social que lleven al mantenimiento de la explotación del hombre por el hombre y a una sociedad plenamente clasista, masificante y consumista, donde el sistema formal está al servicio del status – quo.
Por otra parte, la necesidad de resolver los problemas del empleo y la preparación para el mercado de trabajo – uno de los posibles roles de la educación no formal – si bien no es el fin último de la educación, es un angustiante problema a resolver en un mundo pauperizado donde la desocupación crece en proporciones alarmantes.
No debemos, sin embargo; descartar la educación formal de plano:
La educación institucionalizada constituye un integrante muy particular del todo social cumpliendo bien o mal un papel que es necesario recordar en la discusión de alternativas. Dicen los “Fundamentos Básicos del Programa Escolar”: entre sus funciones tradicionales la escuela entendida como relación intersubjetiva debe apuntar a la formación de sujetos libres y conscientes, integrados a un contexto socio – cultural, con capacidad para integrarse a él y transformarlo”; también podemos leer en la Ley Orgánica de la Universidad, entre sus
Fines: “... acrecentar, difundir, defender la cultura; impulsar y proteger la investigación científica y las actividades artísticas, ...defender los valores morales y los principios de justicia, libertad, bienestar social, los derechos de la persona humana.” (Selva Artigas)
En tanto, la educación informal, tan cercana a la propaganda y la creación de falsos hábitos de necesidad – fórmulas propias de la sociedad consumista – también debe ser estudiada y atendida por los pedagogos para transmutar los valores negativos que muchas veces (más de las que quisiéramos) conlleva, en valores positivos para la creación de hábitos de conservación del medio y de la familia humana, el desarrollo del espíritu crítico y la creación de conciencias liberadas, que se forman en el ideal de justicia, de libertad y de solidaridad humana.
Parece imprescindible y necesario que la educación no formal y la informal se transformen en instrumentos de cambio y socialización, así como de influencia superadora en el sistema formal, dirigidas por los educadores y pedagogos y no por fuerzas contrarías a la dignidad humana.
8. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.
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EXTRAIDO DE:
https://www.inau.gub.uy/biblioteca/eduformal.pdf